martes, 3 de septiembre de 2013

Cuando no entendemos

Hoy en día a catorce años de la llamada revolución bonita, se ha hecho bastante poco o casi nada en materia de salud, educación, seguridad, entre otras variopintas necesidades sociales que son parte importante para el desarrollo de una sociedad que demanda mejoras, tan solo porque el mundo pluripolar así lo exige.
Cuando todos avanzan es imposible que un país como Venezuela que tiene todo para ser el mejor país, no lo tenga.
Venezuela tiene playas exóticas, montañas, parajes hermosos, paisajes con hermosas vistas naturales, cuevas y cavernas halladas por antepasados que además nos dejaron una cultura histórica como legado.
Y no siendo suficiente con esto, nuestro país tiene un subsuelo rico en minerales, petróleo, además ríos, morichales y otros lugares naturales en los que el ser humano desea quedarse, sin embargo, hay algo insólito como su gente....
¿Por qué su gente?
Porque aunque sencilla, amable y amorosa, al parecer se le ha inculcado un suerte de cultura revolucionaria que tapa todo sentido de la realidad....
Venezuela, este país hermoso, afable, rico en suelo y subsuelo, está perdiendo sus valores y lo esencial, su conciencia.

Esa conciencia que debe despertar ante el instinto ante el peligro, el peligro de perder no solo la vida por la inseguridad, sino la verdad, la capacidad de pensar diferente, lo más importante, la libertad.
No me estoy yendo hacia otros caminos, puesto que la libertad no se condiciona y por lo que se ve a casi quince años de la revolución, vamos camino a perder la libertad, de pensar, de disentir porque todo cuanto se dice en torno a la realidad de lo que se ve, no gusta a quien debe ver las criticas para mejorar, puesto que son fallas dejadas en algún sitio o infraestructura, sino se señala y cuestiona, solo se ocupan de decir que ocurrió en la cuarta....
Señores, tenemos quince años en una Quinta, hasta cuando culpamos a los antecesores, sabemos que nuestros apdres y abuelos no nos hicieron bellos cuan españoles, y no seguimos culpándoles por ello, solo vivimos y tratamos de aprender y desarrollarnos.
Es lo mismo que se debe hacer por este país.  No es en nombre de la revolución como se debe actuar en este país, hay que evitar que la población continúe haciendo colas por comida y se diga que hay suficiente para todos, mientras se sigue importando a granel.